-
Enjuague los garbanzos, colóquelos en un tazón grande y cúbralos con agua fría (4 pulgadas arriba de donde terminan los garbanzos). Cubra y remoje durante la noche o hasta que tripliquen su tamaño. Escurra los garbanzos remojados, enjuague y luego séquelos o agréguelos a una centrifugadora para ensaladas para que sequen bien.
-
Agregar garbanzos, cebollin, ajo, hierbas, sal, comino, cilantro, cardamomo, cayenne, pimienta negra, el polvo de hornear, huevo y miga de pan en un tazón de un procesador de alimentos. Pulsar la mezcla hasta que esté finamente picada, pero no hecha puré, raspando el tazón según sea necesario. Debería poder hacer una bolita con la masa y que esta mantenga su forma (estará suelta y un poco quebradiza).
-
Transfiera la mezcla de falafel a un tazón y cubra. Refrigere durante al menos 15 minutos para ayudar a que las bolitas se mantengan unidas al cocinar. Si los falafel se hacen con anticipación, se puede refrigerar la mezcla durante unos días.
-
Usando una cuchara, sacar 1 1/2 cucharadas de la mezcla de falafel, luego déle forma suave en una bolita y colóquela en un plato limpio. Repita con tantos falafel como planee cocinar.
-
Agregue por lo menos 3/4 de pulgada de aceite a una cacerola profunda, un sartén de hierro fundido o un horno holandés. Cuanto más pequeño sea el sartén, menos aceite necesitará. Cuanto más ancho sea el sartén, más falafel se puede cocinar a la vez.
-
Encienda el fuego a medio-alto y caliente el aceite entre 350 grados y 375 grados Fahrenheit. Freír los falafel por tandas, colocándolos suavemente en el aceite y sin amontonarlos en el sartén, hasta que se doren por los lados inferiores. Con dos tenedores, voltee con cuidado el falafel para dorar el otro lado, 3 1/2 minutos a 4 minutos en total.
-
Transfiera el falafel cocido a un plato forrado con papel toalla, espolvoree con un poco de sal y luego repita con las bolas de falafel restantes. Servir inmediatamente con tahini.